El pasado mes Huarmey, el pueblo de la cordialidad, sufrió los
estragos de una naturaleza indomable. Y es muy posible que los daños materiales
ocasionados pudieron evitarse, si es que, hubiese existido un plan de manejo de
riesgo y una inversión pública (todavía urgente) en defensa ribereña. Pero
bueno la historia de malversación y corrupción es el la verdad detrás de la pobreza, y pasó lo que todo el Perú sabe: un río desbordado corriendo
por las calles de una ciudad apacible.
Sin embargo el apoyo voluntario de muchos ciudadanos
demostró no solo la solidaridad de un país
vinculado y sensible, sino expresa la conciencia colectiva de construir
una nación dónde todos vivan sin profundas brechas económicas.
Huarmey un pueblo costero de lindas playas recibió el apoyo
ahora, y solo nos queda agradecerles a todos los visitantes de puro corazón que
colaboraron con víveres, abrigo, carpas y lo más importante un aliento de un
mejor porvenir y que todo estará mejor.
Comentarios
Publicar un comentario